Además de por su gastronomía, Galicia también destaca por sus vinos entre los que debemos mencionar el
Albariño o el Ribeiro, pero hay muchos más que debes conocer.
Por ejemplo, son muchas las bodegas de distintas
denominaciones de origen que han incorporado vinos espumosos a su carta y es que no hay celebración en la que no sean protagonistas.
En muchas ocasiones en el blog de nuestro
restaurante gallego en Madrid te hemos hablado de otros vinos como el
Albariño y el
Ribeiro.
Hoy vamos a hablar de los vinos espumosos gallegos y su origen.
¡Vamos a ello!
Historia de los espumosos en Galicia
En Galicia
lleva habiendo vinos espumosos desde el siglo pasado. En la década de los años 20, la compañía vinícola Nigrán comenzó a comercializar los primeros vinos espumosos conocidos como champán gallego.
En décadas posteriores se continuaron elaborando
vinos espumosos como el Gran Champagne Gulias en Ourense.
En la zona del Ribeiro fue famoso en los años 80 el espumoso
Fin de siglo.
Sin embargo, su auge en el mercado no llegó hasta el 2000, año en el que empezaron a comercializar vinos espumosos por numerosas bodegas importantes.
¿Cómo se maridan los vinos espumosos gallegos?
Estos vinos tan especiales son ideales para celebraciones y para acompañar
pescados, mariscos, queso, foie y carnes blancas.
Sin embargo, no son los más adecuados para platos con sabor más fuertes como los guisos o las carnes rojas.
Las
tapas y el marisco son también acompañantes ideales para nuestros espumosos. No hay nada mejor como unas buenas otras acompañadas con un champagne de categoría.
¿Cómo se elabora el espumoso gallego?
El
método tradicional o Champenoise es el que más se emplea en Galicia. Se caracteriza por ser muy laborioso pero también por otorgar una mayor calidad.
La elaboración de los espumosos gallegos comienza con la selección cuidadosa de las
uvas de la variedad Albariño, que son las más utilizadas para su producción. Estas uvas son recogidas a mano en el momento óptimo de madurez, y se transportan rápidamente a la bodega para su procesamiento.
Una vez en la bodega, las uvas se someten a un
proceso de prensado suave para obtener el mosto. Este mosto se deja fermentar a baja temperatura en tanques de acero inoxidable para preservar los sabores y aromas naturales de las uvas.
Una vez finalizada la fermentación,
el vino se traslada a botellas especiales, donde se añade una mezcla de levaduras y azúcares para que se produzca la segunda fermentación. Durante este proceso, se genera el gas carbónico que da lugar a la característica efervescencia de los espumosos gallegos.
Una vez que la segunda fermentación ha finalizado, las botellas se someten a un proceso de envejecimiento en bodega, que puede durar desde varios meses hasta varios años, dependiendo del tipo de espumoso que se esté elaborando. Durante este tiempo, el vino adquiere complejidad y sutileza, desarrollando aromas y sabores únicos.
Finalmente, las botellas se etiquetan y se preparan para su distribución. Los
espumosos gallegos se caracterizan por su elegante presentación, que incluye etiquetas diseñadas con gran atención al detalle, y por su embotellado en cajas especiales que garantizan su seguridad durante el transporte.
¿Te gustaría venir a probarlos? En O´Caldiño te esperamos con los brazos abiertos.
